Las nuevas tecnologías crean diferentes trastornos psicológicos específicos. Una de cada tres personas sufre estrés laboral con los aparatos digitales. El tecnodependiente lo pasa mal cuando está horas sin móvil o sin Internet. Una persona navega en Internet a través de un dispositivo móvil. Las nuevas tecnologías, que tantas ventajas suponen, crean sin embargo trastornos psicológicos específicos, ya sea por abuso, por miedo o por inseguridad. La moderna psicología ya ha puesto nombre a estas tipologías: tecnodependientes, tecnoadictos, tecnófobos y tecnoestresados. Respecto a estos últimos, dos de cada tres personas confiesa tener problemas con los aparatos digitales y una de cada tres admite haber sufrido estrés laboral con las nuevas tecnologías. El catedrático de Psicobiología en la Universidad de Murcia, José María Martínez Selva, lo llama "Tecno-estrés", y así ha titulado el libro donde analiza este fenómeno e intenta orientar a quienes lo padecen. Estas tecnologías generan casos de ansiedad y mala adaptación por parte de muchas personas, generalmente de edad media o avanzada, aunque también los casos de tecno adicciones entre los jóvenes y los riesgos de ciberacoso que generan las redes sociales. Entre los grupos más sensibles al tecnoestrés laboral se hallan personas a partir de la cuarentena que "han desempeñado actividades profesionales competentes y, de repente, la llegada de las nuevas tecnologías les ha supuesto reaprender una nueva forma de trabajar y acostumbrarse a cambios muy rápidos en las aplicaciones y en los sistemas informáticos".
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