Por: Maria Isabel Garcia
La pedagogía sistémica se basa en hacer amoroso el conocimiento con el objetivo de ayudar a los alumnos a reconocer su potencial, honrar sus raíces y familia, a través de dinámicas:
Dinámicas de teatro: Juegos para reconocer jerarquías, el respeto de las mismas y detectar algún problema familiar.
Dinámicas de colores: es una forma de reconocer los talentos a través de una exploración ya que fenomenológicamente los jóvenes escogen un color de acuerdo a su personalidad. Los colores pertenecen a una implicación sistémica familiar.
Dinámica de la fotografía: Los padres son involucrados a través de recuerdos como fotografías.
La pedagogía y terapia sistémica se basa en reconocer nuestro sistema familiar y mediante un árbol genealógico se descubren implicaciones de nuestros antepasados.
"No juzgar y reconocer que este problema está en nuestra historia, sino aprender de ello, es la manera de acceder al conocimiento de una manera amable y amorosa. La pedagogía sistémica, ya que los beneficios no sólo son para los alumnos, sino también para la sociedad en conjunto.
La Pedagogía no se ha ocupado de la familia especialmente, más bien su historia se ha concentrado en otros ámbitos de la educación de ahí que se encuentra poca investigación de Pedagogía familiar. Como sucede con otras ramas de la Pedagogía, la Pedagogía familiar se nutre por una parte de la Pedagogía y de las ciencias que a su vez la alimentan para explicar la educación –psicología, sociología, filosofía, antropología, teoría de la educación, didáctica, etc.– y por otro lado, de las ciencias que se aplican a la familia –derecho, economía, medicina, etc.–. Las ciencias de la educación y las ciencias de la familia pueden conjugarse al reflexionar sobre la educación familiar. El propósito es estudiar de un modo sistemático y riguroso la educación familiar.
La Pedagogía familiar sirve para estudiar la educación familiar en los tres sentidos apuntados, viendo la educación que se desprende de las diversas experiencias en la familia, como por ejemplo analizando el alcance de los medios de comunicación para forjar los valores de la familia, y la educación, instrucción y formación que intencionalmente se perfila con unos criterios, fines y objetivos.
La Pedagogía es un saber teórico-práctico, esto es, un saber descriptivo de la educación. El saber educativo es el que se obtiene educando. Para educar –ayudar a las personas a crecer, se requiere de este saber. Como todo saber práctico, que dirige la acción, se obtiene actuando. “Se sabe nadar nadando, se sabe educar educando”. Cabe también un saber científico de la educación que se recoge bajo la categoría de Ciencias de la Educación y también bajo la denominación de Pedagogía. Aunque la raíz etimológica de esta palabra señala la actividad del que cuida niños, en un sentido estricto se refiere al conocimiento de la educación, estudio que acumula años de historia. La Pedagogía añade al conocimiento de las Ciencias de la educación, un saber sapiencial de la educación que emana de las buenas prácticas educativas y que tiene gran parte de arte. El saber pedagógico incluye al educativo: puede consistir en un conocimiento de la práctica educativa, de esa experiencia profesional al que se le añade el conocimiento especulativo, científico, teórico. El educador sabe de educación también por las ciencias que se refieren a aspectos educativos pero su saber es eminentemente práctico.
“El saber pedagógico consiste en saber lo que es la educación. El saber educativo consiste en saber cómo se educa. Para saber cómo se educa, hay que educar. Al educador le es esencial educar para educar. El pedagogo, como no busca, en principio, de hecho, saber educar, sino sólo saber qué es la educación, no le es esencial educar. Sin embargo, le es necesario de hecho el educar, pues saber qué es la educación exige ocuparse del momento cognoscitivo de ella –de saber educar–; saber qué es la educación requiere saber una actividad”.
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